miércoles, 14 de noviembre de 2007

La Pesca de la Corvina I


La sensación que produce pescar una una corvina, no se compara con nada, sobre todo cuando es de buen tamaño. Cuando una Corvina "pica" generalmente inicia una primera carrera violenta aplicando su mayor esfuerzo físico, este tiempo de reacción violento pareciera no acabar, la pelea será intensa con tirones constantes y prolongados, con movimientos de la cabeza que generan perceptibles movimientos sobre la puntera de la caña, la duración de la pelea puede tener variaciones entre los 3 minutos hasta los 15 minutos dependiendo del tamaño, la combatividad del pez y por supuesto de la destreza del pescador.

Las olas remueven el fondo arenoso dejando al descubierto crustáceos, moluscos, anélidos, peces menores y mayores, los peces depredadores que nadan en cardumen se alimentan de estos entre el espacio de cada ola.
Es allí un primer punto adonde hay que lanzar una carnada o hacer trabajar un buen señuelo.
Otro de los lugares preferidos para encontrar la corvina será en los pozos o depresiones producidos por las corrientes laterales en la playa, allí el nivel de profundidad permite que los peces se acerquen a buscar su alimento.

LA PRESENTACIÓN DEL SEÑUELO


Un señuelo debe tener una presentación adecuada para que el depredador muestre interés específico en el, basado en la teoría, lo que se busca al colocar un artificial en el mar, es que este rompa el nivel simétrico imperante en la zona, de esta forma un movimiento de un artificial en una zona determinada hace que el depredador tome interés y canalice toda su fuerza al ataque de una presa potencial.

Dadas las características alimentarias de la corvina, esta se mueve cercana a los fondos, así de esta forma los señuelos se deben hacer trabajar a un nivel de profundidad relativamente cercanos al fondo.Se deberá generar la provocación con el manejo exacto del señuelo para que el pez desencadene una secuencia de ataque sobre una presa potencial.

Los lanzamientos deben ser sistemáticos, ya que en el mar la presencia de los peces está supeditada a momentos específicos en los movimientos de las mareas, así que, en un punto adecuado la probabilidad de captura es alta en la medida en que se realicen un mayor número de lanzamientos.
Cuando se presenta un artificial este debe tener necesariamente alguna similitud con alguna clase de alimento de consumo habitual, de esta forma se asegura que provocará el instinto devorador.
1. Observación del señuelo


En su desplazamiento por la corriente la Corvina detecta los objetos y partículas en suspensión, peces, crustáceos, moluscos, anélidos y mediante la visión datos como: el color, forma, dimensión, textura y movimiento de las cosas que pasan a su alrededor, estas son canalizadas a su cerebro, para ser analizados (rápida y primitivamente); un señuelo bien presentado generará una respuesta positiva ante un estímulo alimentario.
2. Seguimiento continuo


El pez cambia de posición, se aleja de su punto de referencia e inicia un desplazamiento sobre la trayectoria que lleva el señuelo en la corriente, genera con un esfuerzo natatorio de su aleta caudal un movimiento de dirección y velocidad adecuado para buscar de inmediato la presa potencial, cuando se encuentra cerca del señuelo, entonces, detecta la vibración y el sonido producido por el artificial, utiliza para este efecto el sentido del tacto (en su línea lateral).
3. Acto de alimentación


El acto de la alimentación es desencadenado por la línea lateral, que es la que controla la reacción del pez, cuando ha dejado atrás cualquier tipo de recelo natural, se prepara para comer, en este caso y teniendo a su alcance inmediato la presa, el movimiento natatorio se acelera, se determina la distancia de impacto en el cerebro y las mandíbulas se abren en toda su extensión con la finalidad de dar caza a la presa potencial.
La presa entra en la boca abierta en toda su extensión y los poderosos músculos de la mandíbula hacen que la boca se cierre con gran poder, aplicando mucha presión, con la finalidad de dañar la presa o matarla.
TECNICA DE PESCA


El señuelo debe ser colocado en el punto de mayor impacto visual y auditivo para el pez, es necesario observar el punto escogido en la zona de confluencia de las corrientes y dirigir el lanzamiento con elegancia y fortaleza, en la dirección escogida, en el oleaje o en el pozo profundo.
Cuando pensemos en la pesca con señuelos debemos observar con detenimiento el continuo tirar del pescador profesional, entenderemos de que se trata de una secuencia acertada entre la visión, la distancia, la fuerza del lanzamiento, para lograr un objetivo planeado, estos factores combinados logran llegar a un blanco proyectado mentalmente y en donde nos imaginamos u observamos la presa potencial. Naturalmente existen pescadores con un acierto innato de pesca, pero para el novato o para el pescador que busca la excelencia, la práctica de lanzamientos debe realizarse religiosamente sobre objetivos planeados a través de la zona escogida. Se busca la colocación exacta y con suavidad en el momento de posar el señuelo sobre la superficie del agua, talvés en breves segundos la respuesta no se haga esperar y el señuelo será atacado sin piedad.
“Si un señuelo se presenta ante un pez disminuyendo los factores inherentes a la presencia humana se logrará la emboscada perfecta”.
Se deberán realizar lanzamientos


1. Lanzamientos sistemáticos en el corte de agua entre dos corrientes, exactamente en donde se marca la línea de diferente tonalidad entre ambas aguas.


2. Lanzamientos entre el espacio que se genera entre dos olas con desplazamiento lento del señuelo para buscar peces al nivel cercano al fondo.


3. Lanzamientos buscando los puntos de aguas muertas producidas por las corrientes, lugares propicios para una emboscada por parte de la Corvina.


4. Lanzamientos calculados a tocar puntos cercanos al fondo en la corriente en la salida de los ríos hacia el mar.


5. Lanzamientos buscando pasar el señuelo cercano a la detección del movimiento de los peces en la corriente.


6. Lanzamientos calculados a penetrar en puntos del mar que presenten características de protección, bahías, rocas.


La costumbre de buscar su alimento en los fondos hace necesariamente que la técnica a ser utilizada, haga que los señuelos se deslicen en la profundidad, casi rasantes a la zona de máximo impacto en las corrientes; esto no excluye que un pez realice una espectacular cacería del señuelo en la superficie del agua o en las aguas muertas de un pozo; sin embargo se tiene que contemplar que existe una mayor probabilidad de pescarlo, si su poderoso campo visual logra detectar con mayor eficiencia el señuelo, además de no percibir con mucho tiempo el engaño.
Lograr la profundidad del señuelo recogiendo cedal rápidamente, en caso de utilizar señuelos de flotación con paleta y media velocidad cuando se utilizan señuelos más pesados que requieren movimiento para su acción; se trata entonces de llevar el señuelo a puntos cercanos al fondo, siempre manteniendo una tensión de contacto sobre el señuelo durante su recorrido total, complementariamente el sentido del tacto debe ser desarrollado al máximo, si el tacto de la mano es adecuado las mínimas variaciones en la tensión de la línea serán percibidas y entonces rápidamente se podrá enganchar la presa, en otras palabras significa que el pescador no deberá permitir que ningún estímulo táctil por pequeño que parezca sea desapercibido.
El conseguir la profundidad deseada depende de la velocidad y el cuerpo de agua en el cual se pretenda realizar la pesca, siendo el nivel del agua profundo, el tipo de señuelo y la velocidad al recogerlo deberán ser variados para conseguir el objetivo, sin embargo en aguas poco profundas es necesario modular la velocidad para que el señuelo se desplace adecuadamente.
Como anteriormente se ha explicado la Corvina en la corriente se desplaza continuamente en búsqueda de su alimento, es ahí de donde saldrá en persecución de su presa, es menester indispensable que el señuelo pase muy cercano de ese punto de máxima probabilidad. Cuando la corriente oceánica es veloz normalmente el pez no tiene mucho tiempo para que su instinto de retracción natural le indique que el señuelo no corresponde al patrón de alimentos identificados por él; esto representa una ventaja para el pescador.
Por el contrario en aguas calmas el señuelo debe ser presentado sorpresivamente buscando minimizar el tiempo de identificación.
En ocasiones se puede observar como el pez sale en persecución violenta del señuelo, pero que sorpresa, ni siquiera lo toca, solo lo sigue, observa detenidamente y sigue sobre su trayectoria hasta el punto en donde su cercanía con la orilla no es conveniente para él y vuelve a su lugar de origen.
Otro aspecto de relevancia es que el pez se puede mantener al borde del choque de las corrientes, este punto es donde se genera un espacio de aguas con un menor nivel hidrodinámico entonces un señuelo adecuadamente presentado en ese borde genera un buen "pique".
Cuando se pesca en alguna parte del mar donde las aguas se mantienen relativamente estáticas, la técnica que puede servir tiene como propósito el lanzar el artificial en la parte de mayor profundidad y recogiendo suavemente el señuelo hasta el punto de partida, en ocasiones y con aguas transparentes o semitransparentes lograremos determinar cuando el pez inicia la persecución y sigue nuestro cebo e inclusive si se tiene suerte se verá como realiza su acometida inicial.
Al sentir el "pique" el pescador debe iniciar rápidamente el enganche (este aspecto es fundamental, entre más rápido reaccione el pescador mayor probabilidad de enganche tendrá), debe jalar con un movimiento firme pero sin que sea violento, hacia atrás de una a tres veces, (debe tomarse en cuenta, entre mayor sea la distancia que exista entre el pescador y el pez, la disipación de la energía es mayor), esta acción genera un impacto de choque del señuelo contra la boca que permite una excelente penetración de los anzuelos.
El tiempo de acción reacción del pescador es un factor determinante para lograr la pesca constante. El artificial posee una textura, olor y sabor diferentes al alimento consumido naturalmente, el pez que ataca un señuelo rápidamente se da cuenta del engaño y suelta en segundos la presa potencial; si la reacción del pescador es muy tardía a la percepción del pique la probabilidad de que los anzuelos hagan contacto efectivo sobre la boca disminuyen y el pez se escapa por falta de contacto o producto de un desgarre sobre el débil punto de contacto, su pérdida será inminente.
La capacidad de reacción se desarrolla en el campo de acción y basados en la optimización de la sensibilidad establecida entre el señuelo, la línea, la caña y nuestra mano. Entre mayor tensión logremos entre la línea que ata al señuelo y nuestra mano la vibración producida por el pique será más perceptible.
La mente y la mano deben ser educadas a reaccionar ante el menor estímulo posible en el momento que el señuelo ha sido detenido en su camino.

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